Carmelo y sus hoteles, puro diseño uruguayo
20.7.14
Acá les contaba de nuestra escapada a Carmelo (Uruguay) y les prometía una recorrida por algunos de sus increíbles hoteles. Cada uno tiene su estilo, pero todos los que conocimos son de revista.
Nosotros paramos en Posada Campotinto, y mi corazón quedará con ellos porque además de ser un lugar encantador y muy tranquilo, toda su gente es muy amable. Son sólo 4 habitaciones y está entre los viñedos ondulados uruguayos. Es una antigua estancia de campo reciclada, con mucho verde alrededor. Está en las afueras de Carmelo, pero es el hotel más cercano al pueblo, nosotros nos fuimos hasta allá en bicicleta sin problemas.
La casa está pintada de un lindísimo color naranja.
Tiene una linda pileta, lavandas en la entrada y muchos detalles de objetos de otro tiempo y otro lugar. Pero que encontraron acá su tiempo y su lugar, y se nota que se sienten a gusto.
Tanto afuera como adentro, donde también está muy cuidada la decoración. Simple, pero armónico y cálido.
El hotel más "famoso" de Carmelo es el Four Seasons, que en realidad no es Four Seasons ... pero esa es otra historia. Enclavado en medio de un añoso y tupido bosque de pinos y eucaliptos, es realmente impactante.
Todo es majestuoso. Ésto es alrededor de la pileta.
Que además de muchas y lindas reposeras tiene estas "casitas" con techos de paja que resguardan del sol. El placer que debe ser sentarse ahí con un buen libro ...
Tiene una onda asiática y oriental; y sobre la playa (el hotel está a orillas del Río de la Plata) hay un espacio muy lindo que custodian estas esculturas, donde suponemos dan clases de yoga o meditación.
En la playa también hay unas casitas con almohadones. Acá había menos gente y no pudimos resistir la tentación ...
Sobre la ruta está el Narbona Wine Lodge, muy top también y miembro de la cadena Relais Châteaux. Divino y muy recomendado restaurante (que no probamos).
Tiene una hermosa galería con mesitas donde se puede tomar el té (que debe ser más barato que comer ...)
Y una colección de autos antiguos.
El día que nos íbamos fuimos a Casa Chic, a tomar el té con vista al atardecer en el río. Se me iban los ojos hacia todos los detalles de este hotel que me encantó.
Maderas recicladas.
Su líndísimo parque ondulado, con un diseño y selección de plantas (y sus colores) exquisito.
Me enamoré de estas mesas. Me pregunto qué serían en su vida anterior.
Acá ven las cabañas y la impresionante pileta infinita que parece terminar en el Río de la Plata (en realidad hay un buen trecho barranca abajo hasta el río). Esta es la vista desde donde tomamos el té, una galería con mesas, sillones y hogares a leña para quedarse horas. Se estaba tan bien ahí que realmente no queríamos volver.
También ellos tienen esas casitas soñadas en la playa (viva el zoom). Este lado del Río de la Plata le regala a Uruguay unas playas de arena blanca y aguas limpias envidiables.
Carmelo es un pequeño paraíso ondulado con viñedos, bosques, costa, rica comida, gente cálida y diseño, donde los ojos -y el alma- disfrutan minuto a minuto.